El escudo de armas de su familia consiste en tres dientes de jabalí de plata sobre un campo de gules. Entre el resto de familiares se encuentran un cardenal y varios príncipes. Su infancia transcurrió en el castillo de Csejte y antes de cumplir los seis años sufría ataques de lo que se puede considerar epilepsia.
A los once
años fue prometida con su primo Ferenc Nádasdy,
conde. A los doce empezaron a vivir juntos en el castillo de él y nunca tuvo
buena relación con su suegra, Úrsula. A diferencia de lo que era propio en la
época, recibió una buena educación y su cultura sobrepasaba a la de la mayoría
de los hombres de entonces. Era excepcional, "hablaba perfectamente el húngaro, el latin
y el alemán, mientras que la mayoría de
los nobles húngaros no sabían ni deletrear ni escribir [...] hasta el Príncipe de Transilvania era prácticamente analfabeto".